Todo es así y es nada. En la jaula del trino roto, aposento cruel donde nace el grito. Crece desmedida la ventaja de la guadaña y sus candados. En el enrejado, ensayos de sonrisas desvanecidas.
El muro tictac, combina pieles y destrezas en la batalla con las piedras. Tac tac tac tac tac tac tac tac… Caronte espera paciente, cuando la secuencia desmiembra, acuchilla, contrae, acalambra, muerde, horada… Garra disecada disparando sin parar.
Todo es así y es nada, diluyéndose deseo, prisa, acierto, libertad, derecho, respeto, sentimiento, todo acaba deslizándose hacia las manos de la horca. El patíbulo invisible de la plaza, acoge la mañana y los restos de sangre. Un concierto de palomas picoteando el suelo seco y escarchado. Las señales oníricas han quedado bajo el lodazal en que se han convertido los sueños.
A veces, sólo a veces, late entre la cruz un amago de sol desperezándose de su eterna siesta y luce como un recuerdo ajado. El dolor de las noches y sus cerrojos, han ido contrayendo la máscara, hoy, amarga expresión de tormentas.
Oleaje arterial, territorio abandonado al discurso de los pleitos. Nadie en la defensa de lluvias veraniegas, el invierno acude con sus estalagtitas heladas y las clava en el dorso de la tarta del festejo. Tras la risa, un puñal deformándola. Hasta la amargura.
Todo es así y es nada. El capricho encierra, miente y destruye el humano derecho, roba.
Tan sólo queda un paso, el dubitativo paso aplazado desde el principio, cada vez más aferrado al pie que pensó primero en caminar, después en huir y fue apresado.